Las imágenes especulares encierran, en su perfecta simetría, anomalías ocultas. Son el espacio de lo(s) otro(s) no dicho(s), lo deseante, y deseado. Atravesarlas, recorrerlas, descomponerlas, jugar, perder(se)

viernes, 22 de febrero de 2008

Imaginar el resto


Imaginar, por ejemplo,
que las vendas que
no me dejan
respirar se resquebrajan. Imaginar
que la piel
comienza a descubrirse. Imaginar
que me quedo
desnuda. Imaginar
que me reconozco
en el espejo. Que
se quién soy.
Que no importa
lo que está más
allá, sólo ahora.
Imaginar que conjuro a las sombras.

lunes, 11 de febrero de 2008

microgeografías inventadas

tu cama, dividida en dos hemisferios que inventamos sobre la marcha, sueño/soledad, deseo/desesperanza, este/oeste, ¿racional/emocional?
tu cama, atada al ecuador por la fragilidad de las caricias,
saltar, de un lado a otro, para evitar desgajarnos
la tristeza, dejarla
fuer(z)a
para resistir
a la mañana

viernes, 8 de febrero de 2008


sabes a sueño

sabes en sueños

fragmentos rápidos

por la noche, cuando no podemos dormir, y recomponemos camas rotas, y hablamos, y nos miramos, y los resabios de la fiesta todavía crepitan por nuestro cuerpo, las palabras se convierten en dentelladas refulgientes, en sacos de furiosa verdad contra la que luchar, en dolor encriptado bajo la polisemia de nuestros ojos. No nos decimos, y no paramos de contarnos. Me miras, miras al techo, el techo que baja, que cada vez está más cerca de nosotros, el techo sin luz y con tristeza. Yo no te miro, pero te agarro la mano, no dejamos de tocarnos, aunque sea milimétricamente, es una especie de miedo a desgarrarnos si dejamos de sentir que estamos, ahí, los dos. No te miro y te siento, y te digo que es extraño, estar feliz y triste a la vez, estar feliz por ser, y sin embargo no dejar de sentir un cierto peso indescriptible que siempre va a estar ahí, que no desaparece, ni aunque te mire, ni aunque sepa que ese momento, porque ya no estará ahí, ahora, es infinito. Después me dices, que quiero demasiado a la gente, por no decirme que te quiero demasiado a tí, por no decirme que te pesa saberlo. Como si fuera posible contabilizar el amor. Te quiero así, porque no se querer de otra manera, pero te quiero con cierto odio también, por la fiereza y torpeza que soy, torito dirán algunos. Te quiero infiel, porque quiero a otros también, aunque no lo sepas, aunque no lo veas. Y te aprieto la mano fuerte para que no te escapes, para que no desaparezcas, para que no dejes de ser.
Llegan las diez, me levanto y me voy. Me pierdo en la mañana y en el metro, y en el ruido. Odio a la gente en estas circunstancias. Me da miedo estar sola.

miércoles, 6 de febrero de 2008

sistemas de medición/perdición del amor:

- me quieres demasiado

- y tú, me quieres a medias

martes, 5 de febrero de 2008

busco espejos para borrar la memoria
reflejo espacios de amnesia
desoculto a la que creo que aún soy