Las imágenes especulares encierran, en su perfecta simetría, anomalías ocultas. Son el espacio de lo(s) otro(s) no dicho(s), lo deseante, y deseado. Atravesarlas, recorrerlas, descomponerlas, jugar, perder(se)

lunes, 30 de abril de 2007

Silencio, muerte, y colores



Los murales cubren la ciudad de San Francisco. Por los distintos barrios, colores, figuras, luchas, reivindicaciones, lazos, se plasman en las paredes de los edificios. Manifestaciones urbanas de las voces otras, minorías que habitan la ciudad, que pugnan por ocupar lo público, siquiera en forma de dibujos en guerra.
Entre todos ellos, cerca de Mission St., un gran mural hecho de cuerpos y rostros de mujeres decora un edificio destinado a ellas. El mestizaje, el cuerpo necesitado de salud, atravesado por la economía, la solidaridad, el deseo de supervivencia, los saberes tradicionales, orales, junto a lo médico institucionalizado, se dan la mano en él. Verdadero mosaico de contradicciones, pero también de reivindicaciones, porque el silencio significa la muerte, porque no hablar es desaparecer en el vacío que deja lo no dicho, estos murales recuerdan que hay que seguir exigiendo, ocupando las paredes, haciendo a quién no quiere escuchar, darse de bruces con lo que no desea ver, pero que está ahí, y le interpele.

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